6.3. Preparación del terreno.

Bibliografía consultada:

HIDALGO, L., 1993. Tratado de viticultura general. Ediciones Mundi-Prensa. 983 pp.

NOGUERA PUJOL, J., 1980. Viticultura práctica. Ediciones Dilagro. 370 pp.

PEREZ CAMACHO, F, 1992. La uva de mesa. Ediciones Mundi-Prensa. 153 pp.

PEREZ SALAS, J., LAMO DE ESPINOSA, 1976. Divulgaciones sobre viticultura. Desfonde y abonado de fondo, previos a la plantación. Levante Agrícola, 69, pp. 25-28.

PEREZ SALAS, J., LAMO DE ESPINOSA, 1976. Divulgaciones sobre viticultura. Plantación-Portainjertos para el viñedo. Levante Agrícola, 72, pp. 27-31.

Información privilegiada:

LOPEZ ANDREO, J.R., 1999. Técnico de ATRIA de uva de mesa.

Suponemos que partimos de un suelo ya en óptimas condiciones, nivelado, sin restos de vegetación, sin grandes masas rocosas y sin parásitos.

Un tiempo antes de la plantación hay que realizar una preparación del terreno que incluye las tareas de desfonde o subsolado, la aplicación en caso necesario de un abonado de fondo y unas labores complementarias previas.

6.3.1. Desfonde.

Mejora las condiciones del suelo y favorece la aireación, lo cual repercute en un mejor crecimiento y desarrollo del sistema radicular. La época de realización idónea es el verano, y la profundidad de entre 40 y 70 cm (PEREZ CAMACHO, F, 1992).

Las mayores ventajas del desfonde son las siguientes (PEREZ SALAS, J., LAMO DE ESPINOSA, 1976): facilita la eliminación de malas hierbas; se airea el suelo y subsuelo; facilita el desarrollo de las raíces; se facilita la penetración del agua; y sus efectos sobre el terreno perduran a largo plazo.

6.3.2. Abonado de fondo.

Si las condiciones del suelo lo requieren, se le debe añadir una fracción mineral fosfórica y potásica, e igualmente una fracción orgánica de estiércol. Para que este abonado sea correcto y consecuente se han de tener datos de análisis del suelo.

No procede aplicar abonados nitrogenados en el abonado del fondo, en profundidad, y para largo plazo, por que el nitrógeno no puede ser almacenado en el terreno.

El fósforo tiene un efecto positivo sobre el desarrollo de las raíces, el potasio sobre el desarrollo general y el estiércol enriquece y mejora el suelo.

El objetivo del abonado de fondo es básicamente producir un mejor desarrollo de las cepas jóvenes y mejorar la estructura del suelo.

Con al abonado de fondo químico no solo se pretende alimentar a las plantas a corto plazo, sino también mejorar las características del terreno y de formar reservas en profundidad. Para cumplir estos objetivos no bastan las dosis normales de abonado anual; se precisan cantidades más altas.

La aportación de estiércol no pretende solamente atender a las necesidades nutritivas de las plantas, sino también, y de más importancia que lo anterior, pretende la mejora del terreno, de sus cualidades físicas y biólogicas.

En el caso de sistemas de regadío tradicionales el momento del desfonde es el adecuado para estos aportes en fondo (HIDALGO, L., 1993). En sistemas de riego localizado el abonado se va aportando por fertirrigación una vez hecha la plantación, y solamente se aporta en fondo el estiércol (LOPEZ ANDREO, J.R., 1999).

6.3.3. Labores complementarias.

Una vez realizado el desfonde y el abonado de fondo, si se hubiere realizado, se procederá a dar una serie de labores complementarias inmediatamente antes de la plantación, que tienen como objetivo dejar el terreno bien mullido y alisado a la espera de la llegada inminente de las plantas.